Sobre la mirada crística del Arrepentimiento y Perdón
¿Por qué pasa eso?
Porque no se nos ha enseñado a buscar la causa, a comprender por qué hicimos ese acto que causó daño, es decir, solo vemos la superficie del problema, los efectos, sin reflexionar sobre la raíz de éste, que es lo que realmente enseña Cristo en sus evangelios que hace la verdadera diferencia.
"Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte." (2 Corintios 7:10)
¿Cómo distinguir el arrepentimiento que se ha aplicado?
Para poder entender lo que es el Arrepentimiento y el Perdón y la diferencia entre lo que de manera general se entiende y la visión crística, es fundamental conocerlas en su definición:
Qué es el Arrepentimiento de acuerdo al Diccionario: Sentir pesar por haber hecho o haber dejado de hacer algo.
Como Ley de Dios: Es todo aquello que es arreglado a la voluntad divina y recta razón.
Qué es el Perdón de acuerdo al Diccionario: Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente.
Si bien las definiciones generales nos orientan respecto al proceso de arrepentimiento y perdón, hay una diferencia sustancial con lo que es para Cristo, ya que el verdadero arrepentimiento es aquel que encuentra y llega a la causa y no solo a los efectos producidos por el mal cometido (como comúnmente se ha aplicado).
Si te preguntas ¿por qué es relevante esta diferencia?
Porque el arrepentirse solo de los efectos, aun cuando pueda ser con la mejor intención, no genera cambios en la persona ni toma de conciencia para corregir y no volver a caer en lo mismo.
A diferencia de cuando llegamos a la causa y logramos comprender lo que nos ha hecho actuar de esa forma y por ende revisamos y asumimos con conciencia lo que debemos corregir y aprender de ello para no volver a cometerlo.
¿Cómo llegar a la causa?
Para lograr este Arrepentimiento se debe hacer una reflexión autocrítica, que nos lleve a una toma de conciencia honesta sobre cómo hemos actuado o si por el contrario nos hemos quedado callado u omitido alguna acción que era necesaria en comparación con las formas que Cristo nos muestra cómo debemos ser y actuar quienes creemos en Él.
Es decir, esta reflexión y toma de conciencia en honestidad nos va a llevar a poner por obra y en acción la palabra de JesúsCristo y de esta manera actuar en coherencia a la conciencia de Fe que nos sustenta.
De esta revisión debemos reconocer si los errores que hemos cometido son por inocencia o por negligencia. Un error por inocencia se produce cuando no hay intención, cuando se yerra sin conciencia del mal, cuando se quería justamente lo contrario, es decir, hacer un bien. En cambio, en el error por negligencia sí existe la intención de causar un efecto determinado que a la larga ocasiona daño, incluso a sí mismo o cuando se tiene conciencia de que la acción es errónea. Es en esta revisión lo que puede llevarnos a verificar si hemos cometido un acto que transgrede nuestra fe o pactos con Cristo y que por ende nos ha llevado a cometer pecado.
Una vez identificado el error o transgresión, debemos hallar la raíz de la causa en nosotros mismos que nos llevó a actuar de esa forma, y presentar ante Cristo nuestro Arrepentimiento profundo, corrigiendo lo que me ha hecho actuar de esa forma y aprendiendo de esto, para no volver a tropezar de nuevo con la misma piedra.
¿Y eso es todo? No, ya que de nada sirve un buen arrepentimiento sin perdón. Es decir, con conciencia de que se libera de una vez y para siempre, lo que nos ha tenido encarcelados y enfermos.
En primer lugar nos perdonaremos a nosotros mismos, ya que el que no se perdona a sí mismo nunca sabrá perdonar a quienes le hacen mal.
Por otra parte, en caso de que hayamos sido víctimas de otros, y debamos ser nosotros quienes perdonemos, con igual honestidad reflexionaremos y desde nuestra verdad interior revisaremos si estamos dispuestos a perdonar, en cuyo caso aplicaremos el perdón que permitirá que liberemos a quien nos ha lastimado y también a nosotros mismos, al desatar la deuda que nos ataba al agresor.
Sin embargo, si en honestidad nos damos cuenta de que no podemos perdonar, al sentirnos profundamente dolidos o dañados, lo declararemos ante Cristo y entregaremos el asunto en Sus Manos, confiando en Su Justicia, y comprometiéndonos de igual forma a no volver más sobre este tema.
Entonces, si todo esto se hace con total honestidad, alcanzaremos la verdadera Liberación que Cristo nos entrega, y que es justamente lo que Cristo nos enseña en la Oración dirigida al Padre (Mateo 6:9-13), que señala: “…Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores...”
¿Cual es su valor?
Si este arrepentimiento y perdón causal es realizado en conciencia y por propia opción tendrá efecto en nuestra nuestra resurrección, ya que en el paso por la muerte nuestras deudas y deudores serán tomados en cuenta; pero si ya nos liberamos, al haber desatado nudos, pagado deudas, perdonado y pedido perdón ante Cristo,… ya no serán considerados.
¿Lo has hecho así? Porque...
“Para liberarse y caminar livianos por la vida el Buen Hombre sabe Arrepentirse y sabe Perdonar…así, nadie nunca lo esclavizará…porque no se esclaviza a Sí Mismo” (La Sabiduría del Cristo del Loto, pág. 136, Ricardo Andreé, Ediciones El Gran Fundamento)
Si te interesa conocer más sobre sobre el Arrepentimiento y Perdón u otros temas de fe, sobre nuestro Movimiento de Fe Crístico y las actividades que tenemos, te dejo la invitación para participar ya sea de manera presencial en Santiago u online, los días miércoles a las 20:00 hrs., escríbeme a caro.lastra.m@gmail.com y te envío la información o visita nuestra página web https://movimientocristico.org/
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